simon_pedestal

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miércoles, 22 de junio de 2011

Niños pedantes celuloidos (X) : El niño sin nombre de La Princesa Prometida.




Sin duda los niños viven en una época mitológica, y no son ya contemporáneos de sus padres. (Virginibus Puerisque) Stevenson.

Esa época mitológica en la que a veces también se refugian sus abuelos, añadiría yo.



-¡Inconcebible!
El niño pedante celuloido del futuro ya estaba allí, en aquella cama, malito con fiebre, y ni siquiera supimos su nombre, su nombre verdadero, su imperecedero Nombre en el registro de la Luz... que diría León Bloy.


-¡Inconcebible!
¡Pero, si este niño pedante apenas sale en la peli!


El niño sin nombre de La Princesa Prometida es el primer gran niño pedante celuloido old vomit generation.
Demasiado joven para asimilar tanta sociedad del bienestar y tanta información, a sus ocho añitos ya venía de vuelta de todo. Aburrido y asqueado, saturado de juguetes, cómics, videojuegos, suplementos informáticos y revistas culturales. Harto de la lectura de clásicos ilustrados, y harto también de tanta poesía posmoderna o punk:
( Aquello era como si una pétrea medusa o una inflexible aguaviva me atrapara. ¡Sí, vamos...! ¡Jódeme! ¡Jódeme por la espalda, fragata portuguesa!).

Terriblemente angustiado ante la inconsistencia de la tecnología que maneja (él sospecha que la velocidad de aquellos muñequitos que juegan al beisbol a 2 km/hora en la pantalla de su ordenador es mejorable, pero aún así le sube la adrenalina al lograr aquellos vertiginosos home runs). Y, por si fuera poco, se sentía lastrado como un buzo de escafandra (marca Manufacturas Capitán Nemo) por el grisáceo nivel intelectual que lo rodeaba.

Como si le faltara algo, buscaba otra cosa, esperaba algo en los atardeceres.

Y será su abuelo quien le recete la medicina que necesita... no para mejorar de la gripe, no, sino para curar esa otra maladie contagieuse, esa apatía, esa desgana, esa ansiedad vital que le atormenta. Y es que la figura de unos abuelos pedantes es fundamental para entender una buena infancia pedante. Casi todos los niños pedantes son proyecciones de sus abuelos pedantes. Los padres no cuentan, los abuelos son la clave. Allí donde haya un niño pedante, detrás habrá siempre algún abuelo pedante.

Delicatessen:

-¿Tan niño pedante sois?
-Digamos que sí... ¿Has oido hablar de De Prada, de Sánchez Dragó, de Ibrahim B. ...?
-Sí.
-Unos simplones...


-¡Abra de una vez, soy de la Brigada de Blog Brutal!
-¡Vos sois la Brigada de Blog Brutal!


-Internet es dolor, alteza. Quienquiera que diga lo contrario intenta engañaros.


-Nunca sobreviviremos a este post.
-¡Tonterías! Sólo lo dices porque nadie lo ha hecho nunca.


-Hola, me llamo Niño Pedante. Tú acabaste con mi blog. ¡Prepárate a morir!


-Desde que nació Blogger ha habido siete grandes post. El del niño sin nombre de La Princesa Prometida no estará nunca entre los siete primeros.



Ahora les dejo, que debo escalar el Acantilado de la Locura.

2 comentarios:

  1. ¡OH, nooooooooo! El usuario ha suprimido este vídeo... ¡Qué putada!

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  2. Pues subo otro. Y dejo el antiguo como especie de homenaje a los servicios prestados. De bien nacido es ser agradecido

    El post que tuvo que ser remendado.

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